miércoles, 28 de diciembre de 2011

EUROPA: ALTERNATIVA AL CAOS. JOAQUIN BOCHACA



Joaquín Bochaca, Europa: Alternativa al caos

Ed. Midjungards, Valencia 2011

   El sueño del Sacro Romano Imperio ha sido destruido. El «otoño de la Edad Media» ha dado paso a una nueva estación que Merlin definirá como «del hombre y sus pequeñas cosas…». La semilla de los estados nacionales ha sido plantada. A no mucho tardar «Libertad, Igualdad y Fraternidad» abrirán las esclusas a la era del capitalismo, la finanza, el materialismo... Europa ha transformado su rostro en unas pocas centurias hasta convertirlo en una caricatura mezquina y grasienta. Los Imperios de las Legiones, la Caballería y los Tercios han sido sustituidos por el de las Compañías Comerciales. El individuo apátrida, igual, y el libre mercado son los dos ejes sobre los que gira una civilización de mercaderes que codifica en sus constituciones nacionales la figura del átomo productor-consumidor, unas codificaciones político-legales en las que toda realidad étnica, sentida como arcaica y molesta, es laminada. Lo que parecía el colofón inevitable de la proletarización de millones seres humanos, la revuelta del último hombre, el comunismo, se ha limitado a un absurdo, espantoso y sangriento paréntesis que apenas ha durado unos decenios de vida artificial. Sólo la luminosa era de los fascismos, y en especial, la experiencia alemana, ha invertido radicalmente por un instante el sentido de un proceso que progresión hacia la nada, hacia el caos. Una era que acabó bajo el fósforo de la igualdad. Pero a pesar de lo que pretendían algunas voluntades mesiánicas la historia no ha sido clausurada.
   Joaquín Bochaca, autor de obras fundamentales sobre la historia del siglo XX y sobre la mecánica, simple y demoníaca, del sistema financiero internacional, reflexiona –y no es difícil sentir la presencia en sus páginas de un Parker Jockey de quien ha sido, además, excelente traductor– en este ensayo sobre la idea de Europa, su «pasivo» y su «activo», centrándose especialmente en tres de los principales estados nacionales de los últimos siglos: Gran Bretaña, Francia y España. Disecciona con agudeza principios, procesos, acontecimientos y protagonistas que han conducido a esta segunda eclosión de la civilización de la finanza. Pero no se limita a mostrar los síntomas de la enfermedad de nuestro tiempo y a diagnosticarla, sino que propone una praxis terapéutica clara, real, anclada en los principios y las leyes de la vida, de la lógica… y del sentido común. Una «cura» que explícitamente vincula a los principios, las leyes y la lógica de la concepción del mundo que en los años treinta y cuarenta hizo suya lo mejor de Europa, un nombre que para el Autor contiene en sí todo el programa de lo que constituye nuestra única alternativa y, en verdad, nuestro Destino. 

Título: Europa: Alternativa al caos
Autor: Joaquín Bochaca
 Ed. Midjungards, Valencia 2011
112 páginas
precio: 15 eurs
dirección de pedido: ed.midjungards@hotmail.com

miércoles, 24 de agosto de 2011

EDICIONES MIDJUNGARDS



Reformular, reproponer, reencarnar y llevar al acto, impreso pero, ante todo, vital, un tejido de principios atemporales, de cuya última y grandiosa manifestación fue testigo Europa hace algo más de medio siglo, es el sentido de este proyecto editorial, en el que se entrelazan «sodalicio político» y «sodalicio productivo» en un único «recinto de acción». Y aquí reside la razón de elección de un nombre antiguo, casi olvidado, pleno de valencias simbólicas. El «Recinto del Centro», el Mídgard éddico, mundo central de la cosmología germánica, es el ámbito de un devenir humano en perenne conflicto metafísico, enmarcado en un tiempo cíclico por dos crisis, fundacional una y escatológica la otra. Centro, que dota de inteligibilidad al cosmos en tanto que morada del hombre, y Recinto de acción, de lucha por el Orden, en férrea vinculación vertical con el Asgard –el «Recinto de las Potencias»–, fuente de axialidad espiritual, el «Recinto del Centro» ha de ser defendido sin descanso frente al Utgard –el «Recinto Exterior»–, el caos manifestado, huérfano de toda dimensión trascendente. «Defensa» que no es sino des-velación del Principio, recubierto por los lienzos de la manifestación. El Mídgard es, así, la imagen espacial, cristalizada en un instante eterno, del conflicto, a un mismo tiempo interior y exterior, que define al hombre como tal.
   Pero al étimo islandés hemos preferido el casi desconocido nombre gótico, Midjungards, por ser el propio de una lengua –y en consecuencia de un paisaje mental– que ha penetrado todos los idiomas hispánicos. Preservada de manera casi subrepticia en la tradición textual ulfilana, en tres fragmentos bíblicos, pero también en la anónima Skeirins –una literatura bíblica bien conocida en Hispania como atestigua Isidoro en su HG (8, 1-31)– fue una palabra perteneciente a la liturgia y al imaginario conceptual de un pueblo clave en la conformación de lo que somos, todavía, hoy. Midjungards constituye una forma más arcaica que la propia Mídgard –al igual que el «ansis» gótico es una forma más cercana al étimo protogermánico que el «ass» escandinavo–, cuyo sonido nos remonta más atrás aun, más cerca de las edades en las que resultaba más natural «ver» y «oír», a pesar de su inefabilidad –paradojas del lenguaje– el Ser.